Unidad de proctología sin dolor

Cirugía fístulas

Cirugía sin dolor en Madrid para acabar con las Fístulas Perianales.

Si estás cansado de la irritación alrededor del ano, de tener granos que secretan pus con mal olor y originan un dolor constante que empeora cuando te sientas, te mueves, o haces deposiciones, esta página te interesa.

  • Resumen
  • Tiempo intervención: xx min.
  • Anestesia: local/total.
  • Hospitalización: Sí/No.
  • Tiempo recuperación: xx días.

Información detallada

  • ¿Qué es?
  • Tratamiento
  • Tipos de cirugía
  • Preguntas frecuentes

Tienes un “grano en el culo”. Se te ha inflamado y duele con solo rozarlo. O puede que se te haya reventado y esté supurando materia. Pero no consigue curarse...

... Y te preguntas si tienes que estar así toda la vida o si existe una forma de tratarlo. Aquí te voy a dar la respuesta.

Es muy probable que ese grano se haya producido por una fístula anal.

Una fístula anal es un pequeño túnel o trayecto subcutáneo que se desarrolla entre la mucosa interna del recto y la piel cerca del ano.

Normalmente, son el resultado de una infección interna del ano que causa una acumulación de pus (absceso) en el tejido perianal cercano.

A raíz de esa microperforación glandular, va saliendo contenido intestinal hacia fuera y llega un momento en que la piel de alrededor del ano ya no lo puede contener, formándose un absceso que puede o no drenarse espontáneamente.

Los abscesos y las fístulas anales son, en la mayoría de las ocasiones, estadios sucesivos de una enfermedad supurativa. El absceso supone la fase aguda y la fístula la fase crónica.

Los abscesos se clasifican según su localización anatómica (perianales, submucosos, interesfinterianos, isquioanales y pelvi-rectales). Los más comunes son los perianales (60%) y los menos frecuentes son los que se encuentran en la zona pelvi-rectal (4%).

El pus que contiene un absceso puede extenderse circunferencialmente alrededor del ano (en los espacios interesfinteriano, supraelevador, isquioanal o postanal), pudiendo presentarse como abscesos en herradura.

Los abscesos suelen producir un dolor anal o rectal intenso y a veces se acompaña de fiebre.

Los abscesos se diagnostican por inspección (perianales e isquionales) o por tacto rectal (endoanales, interesfinteriano, submucosos), y en algunos casos es necesario la realización de Resonancia Magnética o TAC.

Los síntomas de una fístula anal pueden incluir:

  • Antecedentes previos de un absceso perianal con posterior manchado crónico o intermitente de pus.
  • Inflamación y enrojecimiento alrededor del ano y temperatura alta (fiebre) si también tienes un absceso.
  • Un dolor constante y punzante que puede empeorar cuando te sientas, te mueves, defecas o toses.
  • Secreción crónica o intermitente maloliente cerca del ano.
  • Irritación de la piel alrededor del ano.
  • Expulsión de pus o sangre al hacer deposiciones.
  • Aunque es difícil que puedas verlo por ti mismo, otro indicador de que tienes una fístula es apreciar un orificio en la piel cerca del ano, por donde sale contenido intestinal o purulento: el orificio por el que drena el canal de salida de la fístula.

Si estos síntomas persisten, es recomendable que pidas una consulta con un cirujano colorrectal para que realice más pruebas para confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento más adecuado.

El tratamiento de los abscesos anales es su drenaje quirúrgico, facilitando la salida del material purulento, que puede dejar un pequeño canal subcutáneo detrás hacia el ano.

Las fístulas anales pueden causar síntomas desagradables, como molestias e irritación de la piel, y raramente mejoran por sí solas.

Se recomienda la cirugía en la mayoría de los casos.

Dependiendo del lugar donde se encuentre la fístula existen cuatro tipos diferentes:

  • Extraesfintéricas: La fístula se encuentra fuera del esfínter y no lo atraviesa.
  • Interesfintéricas: La fístula traspasa el esfínter interno.
  • Transesfintéricas: Cruza tanto el esfínter interno como el externo.
  • Supraesfintéricas: Atraviesa únicamente el esfínter externo.

También se clasifican en fístulas simples y complejas en función de cómo afecta a los esfínteres del ano.

Fístula simple.

Si la fístula pasa y afecta a los esfínteres de forma superficial, decimos que es una fístula simple, incluso si es trasesfinteriana.

Fístula compleja.

  • Afecta al esfínter externo en más del 30%.
  • Es de localización anterior en las mujeres (está cerca de la vulva o vagina).
  • Presenta múltiples trayectos.
  • Son recidivadas, es decir, ya han ocurrido en el pasado.
  • Presenta alteraciones de la continencias anal.
  • Las tienen pacientes inmunodeprimidos o con enfermedad inflamatoria intestinal.

Por su ubicación y los síntomas tan molestos que suelen acompañarlas, es necesario saber reconocerlas, diagnosticarlas y caracterizarlas para planear un tratamiento y manejo oportuno.

Para su diagnóstico hay que hacer una correcta exploración en consultas y una serie de pruebas complementarias (ecografía o ecoendoscopia endoanal, RM, manometría anorrectal o colonoscopia). En algunos casos incluso hará falta una exploración quirúrgica.

La cirugía suele ser necesaria para tratar una fístula anal, ya que generalmente no se curan por sí mismas.

¿Qué riesgos tiene la cirugía de fístula anal?
Como cualquier tipo de cirugía, el tratamiento de las fístulas anales conlleva varios riesgos.

Los principales riesgos son:

  • Infección: si ocurre, normalmente se soluciona con un tratamiento con antibióticos; en algunos casos graves poco habituales se puede necesitar tratamiento en el hospital.
  • Recurrencia de la fístula: la fístula a veces puede reaparecer a pesar de la cirugía
  • Incontinencia anal: este es un riesgo potencial con la mayoría de los tipos de tratamiento para la fístula anal, aunque la incontinencia grave es rara y se harán todos los esfuerzos posibles para prevenirla.

El nivel de riesgo dependerá de factores como dónde se encuentra tu fístula y el procedimiento específico que tiene.

Es importante que tu cirujano te hable con franqueza y honestidad sobre los riesgos potenciales del procedimiento que te recomiende.

La mejor opción para tu caso dependerá de la localización y del tipo de fístula, y de si se trata de un solo trayecto o de varios que se pueden ramificar en diferentes direcciones.

En cualquier caso, la cirugía es el tratamiento de elección.

El objetivo de la cirugía, es curar la fístula y preservar la función del esfínter anal sin causar más daño que el ya existente.

No hay un procedimiento ideal para todos los pacientes.

En ocasiones, es posible que necesitemos hacer un examen inicial o exploración quirúrgica del área, bajo anestesia loco-regional o general, para diagnosticar qué tipo de fístula tenemos y determinar el mejor tratamiento.

Tras el examen, te hablaré de las opciones disponibles y te informaré de cuál creo que es la más adecuada para ti.

La cirugía para una fístula anal generalmente se realiza bajo anestesia raquídea o general. En muchos casos, se hacen en régimen ambulatorio, es decir, no es necesario pasar la noche en el hospital tras la operación.

Hay unos principios generales que deben seguirse a la hora de tratar las fístulas: identificar el trayecto fistuloso principal, el orificio interno y los trayectos secundarios si los hubiera. Para hallar el trayecto se suele inyectar agua oxigenada o la tutorización cuidadosa con un estilete.

Existen varios procedimientos diferentes, que vamos a describir a continuación, para tratar las fístulas anales.

TÉCNICAS DE FISTULOTOMÍA - FISTULECTOMÍA.


Es la técnica de elección en las fístulas subcutáneas, interesfinterianas y transesfinterianas bajas. Consiste en localizar los dos orificios de la fístula y poner a plano el trayecto. No es aconsejable seccionar más del 30% del esfínter externo, especialmente en mujeres, por el riesgo de incontinencia anal.

La fistulotomía con reconstrucción del esfínter puede ser una alternativa en fístulas complejas con alteraciones de la continencia.

TÉCNICAS DE SETÓN O SEDALES.


Si la fístula atraviesa una porción significativa del músculo del esfínter anal externo, puede ser adecuado insertar un setón.

Un setón es un trozo de hilo quirúrgico que se deja en la fístula durante varias semanas para mantenerla abierta.

Esto permite drenar la materia y la ayuda a sanar, evitando la necesidad de cortar los músculos del esfínter.

Los setones sueltos permiten que las fístulas se drenen, pero no las curan.

Para curar una fístula, se pueden usar setones más ajustados para cortar la fístula lentamente.

En estos casos, una vez localizado el orificio interno, se pasa el hilo quirúrgico o setón y el propio paciente es quien tiene que estar movilizándose el setón.

Esto puede requerir varios procedimientos que, si se da el caso, discutiremos antes de llevar a cabo.

Sedal Laxo:

El objetivo del sedal laxo es facilitar el drenaje del trayecto fistuloso para prevenir la formación de absceso sin intención curativa.

Están indicados para pacientes con fístulas complejas y/o recidivadas con incontinencia o riesgo de desarrollarla. Se pueden usar como fase preliminar para drenar trayectos fistulosos complejos y eliminar la sepsis antes de realizar otros procedimientos.

Sedal de Corte:

El sedal de corte se basa en realizar una fistulotomía progresiva en un periodo de tiempo al ir apretando a intervalos regulares el material elástico o de sutura que tutoriza la fístula. Son indicadas en fístulas complejas en las que hacer una fistulotomía en una sola intervención tendría riesgo de incontinencia.

Las tasas de alteraciones de la continencia anal entre el 34-63%. Por esta razón esta técnica sólo se recomienda para las fístulas bajas interesfinterianas o transesfinterianas.

CIRUGÍA LÁSER (FILAC).


Para cerrar fístulas anales sin corte del esfínter.

El tratamiento de cirugía láser con emisión radial implica el uso de un pequeño rayo láser para sellar la fístula.

Primero se pasa un setón para que se drene toda la infección. Y una vez que se ha drenado la infección, se introduce por ahí una pequeña sonda láser en el trayecto de la fístula.

El láser va emitiendo pulsos a lo largo del trayecto y va provocando una pequeña quemadura que hace que el conducto se retraiga y que la fístula se cierre sin tener que hacer la cirugía de corte del esfínter.

Este procedimiento tiene una tasa de éxito del 70%, tiene mínimas molestias en el postoperatorio y se realiza con anestesia general o locorregional y en régimen ambulatorio. Es decir, tras unas horas después de la operación te puedes marchar a casa.

PROCEDIMIENTO DE FLAP DE AVANCE.


Para sellar la fístula cuando el esfínter está comprometido.

En ocasiones, una fístula puede atravesar los músculos del esfínter anal o afectar al esfínter externo en toda su totalidad. Son casos en los que quitar dicho trayecto con una fistulotomía o fistulectomía puede comprometer la continencia anal.

Para estos casos se plantea una doble cirugía: por un lado quitamos el trayecto fistuloso desde el orificio externo en piel hasta el esfínter externo, sin dañarlo, suturando el orificio a través de dicho esfínter; Y en una segunda parte de la cirugía, se sella el orificio interno de la fístula en el canal anal, con un colgajo o solapa de la propia mucosa-submucosa del recto.

De nuevo, el objetivo de esta cirugía es evitar que el paciente tenga incontinencia como consecuencia de tener que cortar el esfínter externo anal.

PROCEDIMIENTO DE LIFT.


(ligadura del trayecto fistuloso en el espacio interesfinteriano).

Es una técnica propuesta recientemente, para tratar fístulas complejas mediante un procedimiento conservador del esfínter anal. Se basa en localizar el trayecto entre ambos esfínteres, y proceder a la ligadura y sección del mismo.

Es una técnica en fase de evaluación con tasas de éxitos entre el 50% y 90%.

TÉCNICAS BIOLÓGICAS.


Pegamento de fibrina para sellar el trayecto de la fístulas anales sin cirugía y tapón de mucosa de intestino porcino liofilizado

Son procedimientos mínimamente invasivos basados en aplicar materiales biológicos en el trayecto de la fístula, para simplificar el tratamiento y minimizar las alteraciones de la continencia anal.

El tratamiento con pegamento de fibrina consiste en inyectar un pegamento en la fístula tras legrar el trayecto de la fístula, con tasas de éxitos inferior al 15%.

En el tratamiento con tapón de mucosa de intestino delgado porcino liofilizada, primero se legra el trayecto fistuloso y luego se introduce el tapón y se fija con un punto de material reabsorbible que simultáneamente cierra el orificio interno de la fístula.

En general, son terapias menos efectivas que la cirugía láser para las fístulas simples y los resultados pueden no ser duraderos, pero puede ser una opción útil para fístulas muy seleccionadas.

En cualquier caso, un adecuado examen de la fístula permitirá saber si este puede ser un tratamiento idóneo para ti.

¿Qué tratamiento es el idóneo para tratar mi fístula anal?
Depende mucho del tipo y síntomas que presentes.

Lo ideal es que tengas una consulta diagnóstica conmigo para que te aconseje el tratamiento adecuado para tu caso y tomes una decisión informada.

Es muy probable que tu caso sea candidato para uno de los tratamientos indoloros que te he descrito. Si quieres librarte de tu fístula anal de una forma eficaz e indolora, pide una cita ahora.